Azul y no tan rosa del cine venezolano

Película: Azul y no tan Rosa

Estoy de acuerdo en apoyar al cine venezolano, aunque lo que más me gustaría es que cuando entro a una sala a ver una película venezolana, más que por apoyo sea porque me ofrece una buena historia, bien escrita, una dirección acabada, verosímiles actuaciones, música que te haga volar, una dirección artística y de fotografía que nos adentre a ella sin esfuerzo, que presente temas diversos, profundos y sobre todo creíbles, que al salir del cuarto oscuro me lleve la sensación y emoción de haber disfrutado de una muy buena película que me hizo vivirla, enternecerme, enfurecerme y reflexionar. Que su lenguaje artístico se repita en mi mente con una sensación satisfactoria de haber disfrutado la experiencia del cine. 

El cine venezolano esta aún muy lleno de aquella justificación y comprensión de que no se puede esperar tanto de él, por eso hay que juzgarlo como tal aceptando sus fallas por condescendencia. Error, el cine venezolano ha demostrado que si puede ser de calidad, y que sí, hay que seguir apoyando pero exigiendo esa calidad que si es plausible en nuestras salas.

Está película de Miguel Ferrari, es uno de esos ejemplos, si bien no es una historia novedosa, porque hablar de discriminación, la intolerancia, la homosexualidad, la familia, la violencia no son temas nuevos en el cine, porque realmente ninguno lo es en las relaciones humanas, en su planteamiento es la diferencia, en como logre deslumbrarnos, ese es el arte, contar lo mismo de otra forma, con otros personajes, con otros matices que hace de la pieza única y original.

Que bueno que hemos apoyado nuestro cine para que siga creciendo y ofreciendo cada vez más lejos de los clichés historias reales y con personajes de la vida. Azul y no tan rosa, la recomiendo, muy buena producción nacional, entré por apoyo y salí realmente disfrutando lo que me ofreció, estamos en el camino de algo diferente y de calidad.

Aquí les dejo el tráiler.