sábado, 2 de marzo de 2013

Recordando la película Dirty Dancing

Escuché en estos días la canción (I've Had) The Time of My Life, y enseguida rememoré cuando llegó en video la película Dirty Dancing y mi mamá no me dejó verla porque no era acta para menores de 13 años, que frustración para mí en ese entonces, porque el baile y la música me ha fascinado desde que tengo memoria.


Sé que muchas veces estas historias de baile no abarcan más que contar una historia de amor casi siempre ligada a algún tipo de competencia de baile. Una excusa tras otra excusa, para ver coreografías y sueños que se cumplen en ese camino de mucho esfuerzo, ensayo y expresión del cuerpo vibrando por la música. Aquí no se trata de una competencia pero si del primer amor, al menos para Baby.

Una vez que pude ver este clásico de la década de los 80 fue mi obsesión de la adolescencia, tanto que no llevo la cuenta de las veces que la vi y también amé su banda sonora. Esta historia se desarrolla en la década de los 60, época que me atrae en parte por la sinceridad y la ingenuidad de sus sonidos, sus canciones, más en Dirty Dancing sin apartarse del romance rosa, ingenua precisamente no es.

Esta impregnada de mucha sensualidad y sus protagonistas Patrick Swayze y Jennifer Grey fusionaron tan bien como pareja romántica que traspasó las pantallas y el éxito no se hizo esperar en este film lleno de anécdotas y obstáculos, que hasta los productores quedaron sorprendidos de su arrolladora taquilla. De hecho en algún momento durante las primeras proyecciones de prueba fueron tan fatales que Aaron Russo uno de los productores llegó a decir: "Quememos los negativos y cobremos el seguro". 

Los protagonistas discutían a cada momento, la lluvia no permitía rodarla y el presupuesto era muy ajustado. Qué la hizo brillar, las ganas de sus creadores, cuando ya era insoportable las disputas entre Patrick y Jennifer, los sentaron y coloraron el video de prueba donde los dos ansiaban tanto hacer la película que las chispas saltaban pero no de rabia, sino de pasión, química y alegría, ambos reaccionaron y se dieron tregua para terminar el rodaje en armonía.


No imagino la película sin ellos. Nunca vi a un bailarín masculino brillar tanto como lo hacia Patrick Swayze, ella logró muy bien su papel de Baby y la banda sonora fue tan exitosa como la película, tanto así que se llevó un Globo de Oro y el Oscar como Mejor canción original, con el tema de la escena final. Definitivamente Dirty Dancing guarda un lugar notable en la historia del cine para este tipo de cinta y guarda un lugar especial para todos los que la disfrutamos.


Aquí les dejo una de las escenas:



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