sábado, 30 de marzo de 2013

La vida de Pi, real o fantástica

 

Muchas veces me encuentro dando vueltas antes de ver películas del género fantástico, aunque tenga las mejores críticas,  no me atrae tanto, pero me ha pasado que cuando me aventuro, en algunos casos quedo fascinada. Así me pasó con “La vida de Pi” película de Ang Lee. Es de esas historias que te dejan pensando, discutiendo y compartiendo la experiencia con otras personas, de esas que te hace dudar, indagar, reflexionar, y es que esta cinta precisamente plantea la duda, como en general pasa cuando se habla de fe, de la elección de creer o no. Cómo una tragedia como la de Pi puede ser contada con tanta belleza, el destino de un joven hindú que naufraga perdiendo a toda su familia. La respuesta es un buen libro y una buena película, que te permite decidir entre quedarte sólo con lo fantástico, con pensarla y aún sabiendo más de ella elijas la magia. Es la elección de creer, de vivir y seguir adelante apoyado en la fuerza interior, en tu fe.


El cine le ha dado mucho valor a las historias basadas en hechos reales a la hora de premiar, y no está mal, es una ventana de personas que inspiran o aborreces y momentos de cambios y transformaciones de vidas o no, de entornos que nos sorprende en su bien o en su mal, su crudeza o beldad, sin embargo, valoro mucho también cuando el cine nos muestra su ventana mágica, llena de arte y belleza, esas historias únicas, que salen exclusivamente de la mente o mentes de personas que convierten sus personajes  en historias reales, dando paso a una nueva vida y voz de seres de la invención de la imaginación.


“La vida de Pi” te muestra también la capacidad creativa y mágica de contar historias, y así lo logró el canadiense Yann Martel en una novela fantástica de aventuras y Ang Lee como director cinematográfico. No he visto todas sus películas, pero las vistas hasta ahora me hacen respetar, admirar y seguir a este creador. Celebro principalmente sus Oscars ganados como mejor director y mejor fotografía. El libro no ha llegado a mis manos, mas en algún momento revisaré estas letras de Martel. En fin, el séptimo arte en su poder de imagen, cuando se alza con un tema profundo apoyado con lo fantástico, definitivamente logra con belleza tocar el alma.


Aquí les dejo el tráiler de "La vida de Pi".


sábado, 2 de marzo de 2013

Recordando la película Dirty Dancing

Escuché en estos días la canción (I've Had) The Time of My Life, y enseguida rememoré cuando llegó en video la película Dirty Dancing y mi mamá no me dejó verla porque no era acta para menores de 13 años, que frustración para mí en ese entonces, porque el baile y la música me ha fascinado desde que tengo memoria.


Sé que muchas veces estas historias de baile no abarcan más que contar una historia de amor casi siempre ligada a algún tipo de competencia de baile. Una excusa tras otra excusa, para ver coreografías y sueños que se cumplen en ese camino de mucho esfuerzo, ensayo y expresión del cuerpo vibrando por la música. Aquí no se trata de una competencia pero si del primer amor, al menos para Baby.

Una vez que pude ver este clásico de la década de los 80 fue mi obsesión de la adolescencia, tanto que no llevo la cuenta de las veces que la vi y también amé su banda sonora. Esta historia se desarrolla en la década de los 60, época que me atrae en parte por la sinceridad y la ingenuidad de sus sonidos, sus canciones, más en Dirty Dancing sin apartarse del romance rosa, ingenua precisamente no es.

Esta impregnada de mucha sensualidad y sus protagonistas Patrick Swayze y Jennifer Grey fusionaron tan bien como pareja romántica que traspasó las pantallas y el éxito no se hizo esperar en este film lleno de anécdotas y obstáculos, que hasta los productores quedaron sorprendidos de su arrolladora taquilla. De hecho en algún momento durante las primeras proyecciones de prueba fueron tan fatales que Aaron Russo uno de los productores llegó a decir: "Quememos los negativos y cobremos el seguro". 

Los protagonistas discutían a cada momento, la lluvia no permitía rodarla y el presupuesto era muy ajustado. Qué la hizo brillar, las ganas de sus creadores, cuando ya era insoportable las disputas entre Patrick y Jennifer, los sentaron y coloraron el video de prueba donde los dos ansiaban tanto hacer la película que las chispas saltaban pero no de rabia, sino de pasión, química y alegría, ambos reaccionaron y se dieron tregua para terminar el rodaje en armonía.


No imagino la película sin ellos. Nunca vi a un bailarín masculino brillar tanto como lo hacia Patrick Swayze, ella logró muy bien su papel de Baby y la banda sonora fue tan exitosa como la película, tanto así que se llevó un Globo de Oro y el Oscar como Mejor canción original, con el tema de la escena final. Definitivamente Dirty Dancing guarda un lugar notable en la historia del cine para este tipo de cinta y guarda un lugar especial para todos los que la disfrutamos.


Aquí les dejo una de las escenas: